El AMOR es como las SEMILLAS, no importa cuántas plantas, sino cuántas acompañaste hasta convertirse en ÁRBOLES.
El lugar más feliz del mundo fue el Salón del Restaurante Mari Leiva para celebrar el SÍ quiero de Miki ante Dios y sus seres queridos el pasado mes de noviembre.
Miki, no quería hacer nada especial, pues llevaba ya 15 años casada por lo civil con Jacinto, pero luego soltó el control para sorprenderse.
El único requisito.
Sólo podía estar su familia cercana y sus dos mejores amigos con sus respectivas familias.
"Valoro a la familia por encima de todas las cosas, reunirnos es genial", nos dice Miki. "Fue fantástico entrar en el Salón y ver a todas las personas a las que más queremos alrededor de una misma mesa".
"Nunca pensé que me casaría 2 veces con la misma mujer", nos dice Jacinto. Y, por supuesto a Miki y Jacinto les fascina la buena comida.
Los arreglos para la comida estuvieron a cargo del hijo de Mari Leiva, quien apostó por una mesa imperial y sencilla. Mari ha estado presente en muchos de los acontecimientos importantes de la familia de Jacinto y, de hecho, forma parte esencial en ambas familias.
"En un principio nuestra idea era ir los cinco (Jacinto, Manuel, Rocío, Carlos Ángel y yo) a la iglesia, echarnos las bendiciones e irnos a comer a Casa de Mari Leiva", dice Miki entre risas, "Lo único que no cambió en el plan fue Mari".
"Cuando se lo dijimos a nuestros padres, nos dijeron que iban a ir a la Iglesia", dice Jacinto, "Tati, la hermana de Miki, dijo: ¡nos invitas a comer a todos! y así fue".
"Era un momento importante para mi, crear esos recuerdos después de años de turbulencias familiares, iba a ser un recuerdo extraordinario para mi hijo", nos dice Miki, "De hecho, así fue, todos mis padres y los padres de Jacinto juntos ¿podíamos pedir más?".
"La parte más dulce fue cuando su mejor amiga Mabel, le cedió unos botones de la armada de su marido (que había fallecido meses antes) para que los pusiera en su vestido, junto a su velo de novia" nos cuenta su hermana. "No quería llevar ramo, pero al final su querida amiga Delicias le hizo uno precioso y su padre le regalo las alianzas, ¿podía ser todo más mágico?"
Y al igual que en cualquier boda que se aprecie, Mari no dejó atrás ningún detalle, recordó que Miki es una apasionada del merengue y le hizo una pequeña tarta nupcial digna de este día.
¡Felicidades Miki y Jacinto! Amar, es recordar continuamente por qué cupido os escogió.