Hey Sukis, hoy vamos a ponerle humor a la vida.😂

La Hilarante Lucha de una Mujer de 44 Años Contra la Moda Compresiva y sus Promesas de Silueta Perfecta👗

¿Has intentado ponerte unos vaqueros sin antes ponerte una maravillosa faja?

¡Ay, mi vida después de los cuarenta! Es una auténtica maravilla. Sí, claro, como no. Aquí estoy yo, con 44 años, empezando mi colección personal de arrugas como si fueran joyas y luchando contra la gravedad del paso del tiempo y contra una faja como si fuera mi archienemiga. Sí, porque embutirse en una faja no es cualquier cosa, ¡es una guerra! Y mis michelines son los soldados rebeldes que nunca se rinden.💣💥

Mira, antes de que empieces a juzgar, te contaré como empieza mi día a día. Porque hay diferentes tipos de fajas, ¿lo sabías? Ainss, en la variedad, la cantidad de sal de la vida... o en este caso, la sal en la herida.

Después de elegir mi atuendo, tengo que decidir que faja le viene que ni pinta'. Y entro en mi gran dilema matutino:

Primero, tenemos la faja básica, la clásica de toda la vida. Esa que prometen que te hará lucir una talla menos. ¡Ja! Como si tan solo con ponértela fueras a perder diez kilos mágicamente. Me la pongo y mis michelines empiezan a buscar la salida como turistas enloquecidos en una tienda de recuerdos. Ahí están, los pobrecitos, queriendo escapar por arriba, por abajo, por los lados. Y al final termino pareciendo un globo de fiesta mal amarrado. 🎈

Luego está la faja "alta compresión". Esta es la versión de tortura medieval. Te la pones y sientes que te estás convirtiendo en una salchicha embutida. "¡Pero vas a verte fabulosa!", dicen. Sí, fabulosa y sin aliento. Me miro en el espejo y sí, efectivamente, me veo fabulosa... siempre y cuando no necesite respirar o moverme demasiado. Un pequeño movimiento y todo ese trabajo se va al traste. Ahí están, los michelines, riéndose de nuevo en mi cara.🏰

Y no olvidemos la faja con "piernas". Esa es una obra maestra. Te la pones y de repente parece que tus muslos son más firmes que los de una atleta olímpica. Pero, claro, ¿has intentado alguna vez sentarte con una de esas? Parece que estoy en una audición para contorsionista. Y cuando finalmente logro sentarme, mis piernas empiezan a adormecerse. Todo un espectáculo, ¿verdad?. Yo pensando que voy divina y nada más lejos de la realidad, lo que los demás ven es mujer de 44  años tambaleándose como si estuviera bajo la influencia de un taser, aprendiendo a caminar de nuevo.👮

Luego está la faja "entera", que cubre desde los muslos hasta debajo del busto. ¡Oh, esa es mi favorita! Tardo más en ponérmela que en lo que tardé en parir a mi hijo. Y fueron 47 horas largas. Y lo peor es que después de todo ese esfuerzo, descubres que no puedes usar el baño sin tener que desvestirte completamente. ¡Si! ¡si! Antes de que alguna lo mencione, llevan una obertura para hacer pipi, pero que normalmente si la usas, se mancha de pipi y terminas la noche oliendo a esquina discotequera. 🍸

Imagínate, en un restaurante elegante, tratando de mantener la compostura mientras te preguntas si valió la pena todo ese esfuerzo por unos minutos de vanidad.🚾

¡Ah! Y no puedo olvidar la faja "invisible". ¿Invisible? Más bien es un ninja silencioso que aprieta todo lo que puede mientras intenta no dejar marcas. Pero claro, terminas el día con líneas rojas en la piel que parecen un mapa de carreteras. Invisible, sí. Invisiblemente dolorosa.👀

Y todo esto, queridas amigas, para intentar mantener un poco de dignidad frente a un espejo que no es para nada indulgente. Así que, aquí estoy, armada con mis fajas de todo tipo, de todos los colores y una dosis extra de ironía, lista para enfrentar otro día de esta maravillosa vida después de los cuarenta. Porque al final del día, ¿Qué es una arruga más o una batalla perdida contra los michelines? Solo otra historia para contar con una copa de vino en la mano, sintiéndote libre, sin faja y sin sujetador. 👙

¡Salud Sukis, salud!