¿Pagas Tus Enfados con tu Pelo?

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 ¡Jelouuuuuu, Sukis!

Hay días en los que la vida nos planta cara: el jefe nos lanza una indirecta en plena reunión, la lavadora decide declararse en huelga, y el Wi-Fi, ¡ay al Wi-Fi!, ni se le espera. 🥵🏚️


Y claro, cuando esta situación se alarga en el tiempo, ¿qué hacemos? Vamos directas a la peluquería como si fuera un confesionario. “¡Córtalo todo!”, gritamos con la determinación de quien decide que, si la vida no coopera, al menos nuestra melena obedecerá.💇‍♀️


El cabello, queridas, es ese lienzo rebelde que transformamos en obra de arte (o de terror) cuando la frustración nos alcanza. Lo curioso es que, muchas veces, el resultado de estos "ataques de tijera" no es tan catastrófico como creemos. Al contrario, esos cambios radicales suelen ser catárticos, una declaración de principios al más puro estilo “¡Óyeme, mundo, estoy aquí y pienso brillar!”.✨ 


El pelo tiene ese algo mágico. Puedes estar en pleno drama existencial, pero sales de la peluquería con un flequillo nuevo o un tinte atrevido, y de repente, todo encaja. Es como si la versión 2.0 de ti misma estuviera esperando en ese nuevo corte. Por supuesto, no siempre acertamos. A veces el espejo nos devuelve un reflejo que dice: "¿En qué estabas pensando?", pero incluso en esos casos, el empoderamiento de tomar una decisión sigue ahí.😪


Hay que admitirlo: un cambio de look bien hecho puede transformarte más que un curso de mindfulness. Pasas de estar hecha un lío emocional a sentirte Beyoncé en su mejor día. Y es que renovar el cabello no solo arregla tu reflejo, sino también tu energía. Es como si, con cada mechón caído, las malas vibras se fueran por el desagüe.🥰


Y tu mi querida Suki, te preguntarás, pero ¿Por qué lo hacemos? 

Porque a veces las palabras no son suficientes. 🤦‍♀️


Porque un cambio exterior nos ayuda a procesar lo que llevamos dentro. 📝


Y porque, al fin y al cabo, ¡nos encanta jugar con nuestra imagen! 📸


Así que, ya sabes, la próxima vez que decidas teñirte de azul eléctrico tras una discusión o cortarte un flequillo post ruptura, recuérdalo: no estás sola en esta locura capilar. 👨🏻‍🎤


Y oye, puede que descubras tu mejor versión.🤪





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