¡Hola Sukis!
Mujeres fuertes, independientes y últimamente desubicadas. 👊👩
Toda la vida he sido consciente de la fuerza y la independencia que tienen las mujeres, y que cuando se nos mete algo en la cabeza, somos capaces de lograr todo aquello que nos propongamos.
Pero de un tiempo a esta parte, (no sé si seré yo la única), tengo la sensación de que el feminismo, "el moderno", va a la deriva. Es como si un puñado de mujeres amargadas con la vida, encabezaran una especie de locura contagiosa que nos hace perder el equilibrio emocional al resto.
He crecido con una madre trabajadora desde los 14, divorciada con dos hijas a los 25, que volvió a casarse y que aún persiguiendo su independencia creía firmemente en la familia. Sin dejar de lado el bombardeo en revistas y el telediario de turno cuyo machaque constante era: Persigue una carrera de éxito, logra el reconocimiento y construye una vida independiente en la que no necesites a nadie. Y es verdad, es maravilloso ser autosuficiente, poder pagar las facturas, viajar y crecer sin tener que rendir cuentas. Pero, siendo franca, en ese camino acabas anhelando cosas como "el hogar".
Si eres feminista profunda, no te vuelvas loca, que no me refiero a una casa con sus correspondientes paredes, sino a ese lugar que se construye junto a alguien, una persona a la que le importas, que te ofrece el calor de un abrazo cuando lo necesitas, que te haga sentir segura (y no hablo de económicamente) y por qué no, que te deje ofrecer todo ese amor que tienes. Eso amiga mía, es el "hogar" que hace la familia.
La sociedad nos invita a ser perfectas, y nos dice que esa perfección la logras con el éxito laboral. La pregunta es ¿Eso basta?, porque cuando llegas a los 40 y miras a tu alrededor, ves que tienes ese éxito que te hace tan independiente, con grandes amigos que son como tu familia, pero que al final todos tienen sus vidas, y en el fondo de tu corazón sientes que algo esta mal. Porque aunque tienes todo lo que querías, te sientes sola. Entonces, te empiezas a cuestionar tu pasado y empiezas a pensar que hiciste mal, en que momento tomaste una mala decisión, y por qué tu vida está tan vacía cuando vuelves a tu piso, eso sí, un piso monísimo, en el centro e impecable, pero sin risas, ni abrazos.
Cuando nos juntamos todas, empresarias, amas de casa, mujeres de éxito, solteras, divorciadas y casadas, en 'petit comité' he oído confesar a las divorciadas "que anhelan cuando sus vidas en familia eran de cuento", y las solteras con más de 40 decir "que si pudieran volver atrás, lo harían de otra forma, que compaginarían la familia con el trabajo".
No sé por qué las mujeres somos tan orgullosas (me incluyo) y nos cuesta admitir abiertamente que a todas nos gusta la palabra "nosotros". Quizás es el miedo a parecer débiles o anticuadas. Y acabas intentando convencerte de que tu vida es ideal.
Cada día estoy más convencida de que el feminismo no debería ser una lucha contra nuestra naturaleza, sino un aliado para abrazarla.
Somos mujeres, y eso significa que podemos querer muchas cosas a la vez: éxito, amor, seguridad, una familia. Reconocerlo no nos hace menos fuertes; al contrario, nos hace más humanas.
Tal vez, y solo tal vez, (llámame loca) es hora de reescribir nuestras prioridades y entender que la verdadera realización personal está en vivir una vida que realmente te haga feliz, no solo una que luzca bien desde fuera.
Porque, al final del día, el mayor éxito es mirar atrás y sentir que, con todos los altibajos, elegimos el camino que nos llenó el corazón. 🌺 ¿No crees?