Las 3 Reglas de Oro según Rocío Ramos-Paul

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¡Hola Sukisss! 🐝

Para no repetirnos como Loros...🦜💬



Hoy vamos a hablar de algo que todas las madres y padres han hecho alguna vez (o varias... o muchas): repetirle a un adolescente lo mismo una y otra vez como si fueran un disco rayado. Sí, ya sabéis de qué hablo: el clásico "haz la cama", "recoge la mesa", "estudia". 🚪🛏📚


La maravillosa Rocío Ramos-Paul, la famosa 'Supernanny', lo dejó claro en un artículo de Instagram: "No le repitas mil veces las cosas a tu hijo: es lo que más le repatea". Y tiene toda la razón. Si seguimos insistiendo sin parar, lo único que logramos es entrenar a nuestros adolescentes a que nos ignoren magistralmente. Es como si nos convirtieran en ruido de fondo mientras ellos perfeccionan el arte de no escucharnos. 🙉


Las 3 reglas de oro según Rocío Ramos-Paul (y un poco de chispa mía):


Dar una orden clara, firme y una sola vez.

Esto no significa gritar ni parecer un sargento, pero sí hablar con autoridad. En lugar de decir:

"¿Puedes recoger tu cuarto? Por favor, te lo he pedido ya varias veces. ¿Qué hago, recojo yo? ¡Mira que me enfado!"

Mejor: "Recoge tu cuarto antes de las 8. Si no lo haces, habrá consecuencias." 🎯



Dejar que asuman las consecuencias.

Aquí viene la parte que más nos cuesta: quedarnos callados y dejar que las cosas pasen. Si no recogen, no hay orden; si no estudian, las notas hablarán.

Esto es clave porque ellos aprenden a través de las consecuencias, no de nuestros sermones. (Aunque, admitámoslo, a veces nuestros monólogos son dignos de un Oscar.) 🎬🏆



Controlar nuestras emociones.

Los adolescentes tienen un radar para detectar si estamos perdiendo los nervios. Si ven que estamos enfadados o desesperados, sienten que tienen el control. Mantén la calma, sonríe como si tuvieras un as bajo la manga y sigue adelante con tu plan. 😏✨


Reflexión: No somos sus despertadores, somos sus guías

De pequeños, les enseñamos a caminar, a hablar y a ir al baño. Pero cuando crecen, nos cuesta enseñarles la autonomía emocional y la responsabilidad. Es como si temiésemos que, si no les recordamos todo, van a fracasar. Y no, no pasa nada si una mañana la cama queda sin hacer o si olvidan el cuaderno en casa. El aprendizaje real está en el fallo y en su capacidad para solucionarlo.


Así que, queridos padres, dejemos de ser sus discos rayados y convirtámonos en su mejor ejemplo. Hablar menos y actuar más es la clave para criar adolescentes responsables, autónomos y (crucemos los dedos) menos desordenados.


Y recuerda, si sientes que pierdes la paciencia, respira, cuenta hasta diez y dile a tu adolescente con amor y firmeza:

"A partir de ahora, eres responsable de tus decisiones. Y yo, de no volverme loca." 😜


¡Hasta la próxima, Sukisss! 🐝







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