Ser Ama de Casa: ¡El arte de sobrevivir con estilo!

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¡Sukiiiiis!

Ama de casa... SÍ... moderna y orgullosa 🏡✨


"¡Hola, soy yo, la 'señora que no trabaja'! 🙃 Ya sabéis, esa que ‘no hace nada’ mientras lava, plancha, cocina, educa, organiza y, de paso, intenta cambiar el mundo desde su cocina. 🤹‍♀️ 


El fin de semana pasada hablando con unos conocidos, uno de ellos me preguntó: "Y ahora, ¿qué haces?". Le contesté súper orgullosa: "Soy Ama de Casa" y me respondió: "Entonces, ahora no trabajas".👀


Siempre he sido profesional, y ojo, no porque tenga un título dejo de usar mi cerebro al quedarme en casa. Más bien, lo uso como nunca: ¡estrategia pura para sobrevivir a un día de caos familiar sin perder la cordura! 😂


Decidí cuidar de mi familia porque creo que alguien tiene que transmitir valores, y en este mundo tan loco. ¿Quién mejor que una mamá con paciencia nivel ninja? 🌍 Y claro, hay días en los que siento que mi único logro es que nadie haya salido corriendo descalzo o arrugado de casa, pero después miro a mi hijo y pienso: ‘Estoy creando a una buena persona. Y eso, amigas mías. ¡Vale oro!’ 🥹💛


Ahora, sobre las críticas: ‘¿Pero cómo, con todo ese potencial, te quedas en casa?’ Bueno, querida, mi potencial está justo aquí, en enseñarles a mis hijos a ser personas íntegras mientras les explico por qué la leche no va en el cajón de las verduras. O les ayudo a organizarse para que cumplan sus sueños. 🙄


No me malinterpretéis, admiro a las mujeres que lo hacen todo, o bien porque son solteras o son unas trabajadoras que cuidan a sus hijos con ayuda o sin ella y todavía tienen tiempo para yoga y su smoothie verde. Pero oye, yo también emprendo: ¿mi empresa? Hogares Felices S.A. con sucursales en cada corazón de mi familia. 💼💖Además, los que me conocen saben que siempre estoy metida en algún que otro jaleo altruista, voluntariado o ayudando a otros aportando ideas y mi experiencia.


Pero siendo sincera, cuando llegas a los cuarenta (o algo así), te das cuenta de que la satisfacción no viene de un sueldo, sino de ver cómo tus hijos se convierten en personas que dejan el mundo un poquito mejor. Eso, amigas, es realización pura. 🌟 Y sí, puedo cuidar de mi hogar, criar hijos, ayudar al prójimo y, si me apetece, ser emprendedora. ¿Por qué? "Pues fácil, porque soy mujer. Y punto." 💪


Con esto quiero decirte algo importante: seas mujer u hombre, me da igual, opina, claro que sí, pero no desmerezcas la labor que hacemos las amas de casa. Porque no, no es solo limpiar o cocinar; es algo mucho más grande: es construir un refugio. 🏡 Es ofrecer paz cuando todo parece un caos, calma en medio del ruido, y abrazos justo cuando alguien los necesita, ya sea tu hijo, tu hija o incluso tu pareja. Esos momentos, esos pequeños instantes de conexión, son pura felicidad. 🌟


Y sí, quizás nuestros hijos no lo valoran ahora. Es normal, tienen su cabeza ocupada con los estudios, el TikTok o los videojuegos. Pero un día, cuando sean mayores, recordarán ese hogar lleno de amor y se darán cuenta de cuánto significó. 💛


Lo que necesitamos hoy es ser más generosos al hablar. No se trata solo de ser considerados, aunque eso también, sino de pensar antes de usar palabras que pueden herir. Quizás alguien diga: ‘¡Qué piel tan fina!’ porque esto surge de un simple ‘tú no trabajas’. Bueno, sí, no tengo un sueldo mensual, pero lo que hago no tiene precio. Es más es una gran labor.


Porque, amigas, mi trabajo es mantener vivas dos palabras que sostienen el mundo: familia y hogar. Tú eliges la que más te guste, pero las dos son esenciales. Y si aún dudas de su importancia, prueba a vivir sin ellas. Spoiler: no funciona. 😉


¡Hasta mañana guapísimas!




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