Abogadas, prensa y gitana ofendida

0

¡Hola Sukisss! 💛 

Hoy me siento en el teclado con el corazón en la mano y la cabeza bien puesta. 👍



Vamos con una reflexión valiente, sincera y con ese puntito irónico que me sale cuando las cosas se ponen serias. Porque a veces, lo que más falta nos hace es poder hablar... sin miedo a que nos crucifiquen por pensar.


✍️ Yo también tengo derecho a opinar

Ayer llegué a casa, me quité los zapatos con alivio, puse la tele con intención de apagar el cerebro... y zas: notición. De esos que te dejan con la boca abierta, el ceño fruncido y la neurona en modo centrifugado.


Una abogada —sí, abogada, de esas que defienden derechos— denunciaba a otra abogada por dar su opinión sobre cómo la prensa trata las noticias de agresiones. Y ojo, que la que opinaba no insultaba, ni ofendía, ni generalizaba con desprecio. Solo decía algo que muchos pensamos:


¿Por qué cuando un agresor es español se dan todos sus datos —nacionalidad, profesión, edad, color de calcetines si hace falta— y cuando no lo es, se protege todo hasta el punto de que ni sabemos si la policía detuvo a alguien?


Y aquí viene la vuelta de tuerca: la abogada denunciante, que se autoproclama portavoz de todos los gitanos de España (así, con aplomo), acusa a la otra de delito de odio. Sí, así, sin despeinarse. Por opinar. Porque, al parecer, cuestionar a la prensa ahora es delito. 🙃


🤦‍♀️ El eterno problema de los “ofendiditos profesionales”

Lo que me chirrió —y mucho— fue el tono. Ese victimismo rancio, tergiversado, y tristemente efectivo que hace que cualquiera que cuestione algo mínimamente delicado acabe señalado. La acusación no tenía ni pies ni cabeza. Era como montar un drama con guion de culebrón, pero sin argumento.


Mira, yo soy mezcla, cruce, mestiza, y orgullosa de mi mezcla. Mi familia es gitana, estoy integrada, y no tengo ni medio conflicto con mis raíces. Pero también tengo ojos, neuronas y sentido crítico. Y desde ahí lo digo con claridad:

no todo lo que molesta es racismo.

No toda crítica es odio.

No todo comentario que no encaja con tu narrativa es ataque personal.


🧠 Pensar no debería ser delito

Me da la sensación de que cada vez podemos hablar menos. Podemos opinar menos. Y podemos quejarnos menos. Porque hay quien se especializa en buscar ofensas en cualquier frase, aunque esté dicha con respeto.


¿Desde cuándo opinar con argumentos es motivo para denunciar a alguien? ¿Desde cuándo debatir se convirtió en peligroso?


🤝 Lo que sí defiendo (y lo que no)

Que quede claro: esta señora no me representa. No por ser gitana, ni por ser mujer, ni por ser abogada. No me representa porque no se puede usar el discurso del racismo para silenciar al que piensa diferente.


Entendí perfectamente lo que quiso decir Begoña Gerpe. Hablaba de medios de comunicación, de desigualdades informativas y de hechos reales, no de odio. Y eso, Sukisss, debería ser terreno libre para debatir, pensar y hasta disentir. Porque así es como se crece. Así es como se avanza. No con censura envuelta en celofán de corrección política.


💬 Termino...

Opinar no es odiar. Pensar no es atacar. Ser de una etnia no te convierte automáticamente en víctima eterna ni en portavoz universal.

Yo soy yo, con mi historia, mis raíces y mis ideas. Y defiendo el derecho a decirlas en voz alta sin que nadie me llame racista, ni traidora, ni insensible.


Porque callar por miedo no es respeto. Es censura. Y ya está bien de tanta mordaza emocional. ✊💛


Si esta reflexión te ha removido (para bien o para regular), cuéntamelo. Que aquí estamos para hablar de lo difícil con alegría, respeto y muchas ganas de pensar.




Entradas que pueden interesarte

Sin comentarios